jueves, 23 de febrero de 2012

El nombre

Gozar de nombre.
¡Qué gran honor!
Ser mesa, ser tela,
moda, ventana,
ser recuerdo.

Ser persona
es menos agradecido.

Para el estudiante
de derecho que lee
el periódico allí,
sólo soy persona.

Y la trovadora
de números
que remueve el café,
para mí sólo
es persona.

Podría acercarme
y que en un
momento de debilidad
del universo
ella pasara de ser persona
a ser Paula, o ser Marina,
o Babs, o Karina.
No creo que fuera
nunca María o Julia,
como no creo que
fuera pizarra,
tejado, martillo,
pero sí cuaderno.

El vaso del que bebo
es té, aunque sea vaso.
Como el pájaro
es vuelo
mientras sigue siendo
pájaro.

¡Qué cosa más curiosa
e inútil el nombre!